Qué difícil es
delimitar lo que es ciencia de lo que no…..
Efectivamente,
me considero incapaz de delimitar y acotar en todas las dimensiones
espacio-temporales qué engloba la ciencia, máxime cuando existen opiniones que
consideran la inexistencia de estos límites. Pero aún me considero más limitado
para delimitar qué es el arte.
Tal
vez sean estas limitaciones las que me conducen a aproximar ciencia y arte, ya
que me gusta considerar la ciencia como “la mejor de las artes adivinatorias”. La
capacidad de predicción de la ciencia es insuperable, siendo esta cualidad, la
predicción, uno de los aspectos que mejor la delimitan.
La
RAE define el verbo predecir como: anunciar por revelación, conocimiento
fundado, intuición o conjetura algo que ha de suceder. Es mediante el
empleo del conocimiento fundado (de todo el conocimiento
fundado disponible) como únicamente la ciencia consigue realizar excelentes predicciones.
La importancia de emplear todo el conocimiento fundado y su influencia en la
predicción, se plasma de forma muy sencilla en una de las lecturas recomendadas
(An introduction to
Scientific Research, pag 29). Es obvio que cuanto más
conocimiento fundado se dispone, mejor es la predicción. Dentro de este conocimiento
fundado debemos considerar incluidas todas las herramientas y métodos asociables
a la ciencia.
Aceptar
la capacidad predictiva de la ciencia, nos lleva a otras discusiones más
profundas ya desarrolladas por la propia ciencia y la filosofía, como es la delimitación
temporal de la ciencia. Desde mi punto de vista, la ciencia evoluciona al mejorar
las predicciones (es decir, al ir sumando todo el conocimiento fundado
desarrollado a lo largo del tiempo) lo que deriva en tener que admitir como
parte de la ciencia hitos, ritos o sucesos pasados que hoy pocos considerarían
como ciencia. A modo de ejemplo, la predicción meteorológica disponible en
nuestros teléfonos móviles asombra por su grado de acierto (al menos a mi me
deja perplejo) y todo el mundo la considera una ciencia, que ha ido
incorporando en sus herramientas predictivas conocimientos matemáticos,
informáticos, etc. Por otro lado la predicción meteorológica que hace una
marmota en la localidad de Punxsutawney (Estados Unidos) nos puede
parecer hoy poco científica, pero en el siglo XIX, la observación del comportamiento
de las marmotas permitía predicciones sobre la meteorología futura con aciertos
del orden del 10%. Si el resto de predicciones meteorológicas de la época no
alcanzaban este grado de acierto, por qué no considerar el “día de la marmota”
como parte de la ciencia…..Mmmmm, creo
que esto nos devuelve al punto de partida de este texto…..
Los textos proporcionados ayudan a aterrizar un poco la reflexión.
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